DE RE MILITARI

 Lista de correo de aficionados a la Militaria

 

Cronologías

 

 

  

Las Guerras Napoleónicas 

Capítulo II

Enero a diciembre 1793

 

Índice de épocas y temas, todo disponible en esta página:

Primera Coalición, Guerras de la Revolución Francesa (II): 1793

u Volver a Portada de Guerras Napoleónicas

 


 

Las Guerras Napoleónicas: Capítulo II

Primera Coalición

Guerras de la Revolución Francesa (II)

Campañas de Holanda, el Rosellón y Alemania: 1793

 

1793

21 enero 1793: El rey Louis XVI es ejecutado en París.

25 enero 1793: La Convención ordena que este año sus ejércitos tengan 502.000 soldados.

30 enero 1793: Nelson, nombrado capitán del navío Agamenon, de 64 cañones.

31 enero 1793: Francia se anexiona Bélgica.

 1 febrero 1793:

Guerra entre Francia, Inglaterra y Holanda.

La Convención Nacional declara temerariamente la guerra a Inglaterra y Holanda, mientras continúa su enfrentamiento con Austria-Hungría, Prusia, y varios estados alemanes del Sacro Imperio. Los franceses conciben esta lucha como preventiva, destinada a proteger la recién creada república contra quienes desearían una restauración del absolutismo en Francia.

El Reino Unido aportará a la Coalición su potente armada y recursos financieros, y aunque movilizará pocas tropas de infantería o caballería, estas intervendrán con unidades de soldados profesionales de Hannover, conocidos por su destreza. Gracias a la influencia diplomática británica, Portugal y Nápoles se unirán en breve a la Coalición.

15 febrero 1793: Los refugiados holandeses editan el diario Batavia, pidiendo la liberación de Holanda.

17 febrero 1793:

Invasión Francesa de Holanda y Ofensiva Aliada.

Tropas francesas al mando del general Dumouriez invaden Holanda, pero a su retaguardia un ejército de 40.000 austriacos al mando del Príncipe de Sajonia Coburgo cruza el Mosa para recuperar Bélgica, y otro ejército de 60.000 prusianos al mando del Duque de Brunswick cruza el Rin para sitiar a los franceses del general Custine acantonados en Mainz.

Sin embargo los austriacos no maniobrarán en los Países Bajos con suficiente rapidez y coordinación con los prusianos, perdiendo la oportunidad de cercar a varias unidades francesas. La Coalición tiene por objetivo arrebatar terreno a Francia y tomar varias plazas fuertes, como Valenciennes, Condé y Mainz.

18 febrero 1793: Fracasa un desembarco francés en Cerdeña, en el que participa Napoleón.

21 a 24 febrero 1793:

Medias Brigadas y Reclutamientos Masivos.

El 21 de febrero, Dubois Crancé presenta un informe por el cual se cambia la organización de los ejércitos franceses. Desde ahora, los regimientos, formaciones que encuadran unos 1.200 soldados aproximadamente, pasarán a llamarse "medias-brigadas", por entender que el primer término recuerda demasiado al Antiguo Régimen, odiado por los revolucionarios.

Cada "media-brigada" estará compuesta por dos batallones de reclutas novatos o "azules" y un batallón de veteranos del ejército real, o "blancos". Esta mezcla permite que cada regimiento cuente con al menos una tercera parte de soldados bien adiestrados.

El 24 de febrero, el ideólogo revolucionario Danton hace votar en la Convención una leva para reclutar a 300.000 nuevos soldados con los que afrontar a los ejércitos de la Coalición. Para armarles, vestirles y equiparles se aprueba la emisión de 3.000 millones de Asignados.

El 9 de marzo, la Convención enviará comisarios a todos los departamentos para supervisar los reclutamientos. En principio son declarados aptos para el servicio todos los varones de 18 a 40 años. Esta medida será muy impopular y dará lugar a los levantamientos de Vendée.

22 a 25 febrero 1793: Batalla de Magdalena, primer combate en que participa Napoleón.

 2 marzo 1793: Batalla de Hongen

 3 a 5 marzo 1793: Batalla de Swalmen

 6 marzo 1793: Batalla de Maastrich.

 7 marzo 1793:

Guerra entre Francia y España.

La Convención Nacional francesa declara hoy la guerra al reino de España, por considerarle enemigo de la Revolución. El soberano Carlos IV de Borbón, emparentado con el decapitado rey Louis XVI de Borbón, responderá declarando la guerra a la República Francesa el 23 de marzo, movilizando un ejército y armando buques.

España enviará unos 36.000 soldados al sur de los Pirineos. En este momento un ejército de 40.000 austriacos combate en Bélgica y otro ejército de 60.000 prusianos está luchando al oeste del Sacro Imperio, apoyados por otros 60.000 aliados al otro lado del Rin.

Austria-Hungría y el reino de Piamonte-Cerdeña reúnen otro ejército cerca de Niza, para empezar la ofensiva de verano. Inglaterra, Hannover, Holanda y Austria movilizan otro contingente para lanzar otra ofensiva en los Países Bajos.

En total, la Coalición moviliza contra Francia un contingente de 350.000 soldados; a ellos se suma la potente armada británica, la Royal Navy, que comienza a maniobrar para bloquear los puertos franceses, dificultando el comercio y amenazando a la armada francesa.

Francia, atacada desde el exterior por semejante fuerza militar, y agitada interiormente por motines de trabajadores, levantamientos de carácter socio-económico, enfrentamientos políticos y rebeliones contrarrevolucionarias, parece al borde del colapso administrativo y la bancarrota financiara. Incluso puede perder sus colonias, donde se dan continuas revueltas.

La República francesa tiene unos 270.000 soldados sobre papel, pero el número de efectivos reales es menor dadas las deserciones y la baja calidad de las tropas, mal armadas, alimentadas y pagadas, con una desmoralización creciente.

10 marzo 1793: Comienza la rebelión antirrepublicana en Vendée, en el oeste de Francia.

18 marzo 1793:

Batalla de Neerwinden.

El general Dumouriez, despliega a sus 45.000 franceses en ocho columnas y les ordena atacar el flanco izquierdo de los 40.000 austriacos del príncipe Frederick de Sajonia-Coburgo. La desorganizada maniobra de envolvimiento francesa fracasa y los austriacos resultan vencedores, perdiendo 3.000 hombres frente a los 4.000 de sus enemigos.

A consecuencia de este enfrentamiento, los franceses se repliegan a Francia, y los austriacos entrarán en Bruselas poco después. Los franceses se retiran de Bélgica. En París, los políticos radicales Jacobinos pedirán la muerte de Dumouriez por su incompetencia

23 marzo 1793: Inglaterra y Rusia firman una alianza contra Francia.

23 marzo 1793:

El Tratado de Aranjuez.

España e Inglaterra firman un armisticio interrumpiendo su antigua guerra por el dominio de los mares y aliándose contra la Revolución Francesa, que amenaza con extender sus ideales. El documento implica pues una declaración formal de guerra contra Francia.

El rey español Carlos IV de Borbón aprovecha las Guerras de la Revolución Francesa para intentar recuperar el Rosellón, que fuera condado catalán.

Godoy, el influyente Privado del Rey, pretende que las fuerzas españolas colaboren en la derrota de los revolucionarios para reinstaurar una monarquía borbónica con la que resucitar el Pacto de Familia entre los soberanos borbones, equilibrando la balanza del poderío naval contra su rival, Inglaterra. En cambio el Marqués de Aranda, también miembro del Consejo de Estado, preferiría que España se mantuviese al margen de la Revolución.

La población española apoya la que será conocida como "Guerra de los Pirineos" o "Guerra de la Convención" contemplando a los franceses como radicales opuestos a la monarquía y el catolicismo, valores arraigados en la sociedad hispana. La campaña se juzgará como un asunto patriótico más que como un ataque contra los vecinos revolucionarios.

España realizará ofensivas por tierra y mar. El general Ricardos al mando de un ejército de 36.000 soldados invadirá el Rosellón, mientras el teniente general de marina Francisco de Borja mandará una flota de 24 Buques de Línea y 9 fragatas en expedición a Cerdeña, tomando dos pequeñas islas, unos 1.200 infantes enemigos, 104 cañones y una fragata.

23 marzo a 5 abril 1793:

Deserción y Traición de Dumouriez.

Los diputados Jacobinos, mayoritarios en la Convención Nacional, piden hoy que el mariscal Dumouriez acuda a declarar ante ellos acerca de la veracidad de un informe, procedente de comisarios políticos, atestiguando que el oficial se ha manifestado favorable a la restauración del Antiguo Régimen, proselitismo castigado con la muerte desde el pasado año.

Dumouriez perdió ante sus conciudadanos la aureola de gran héroe de las Guerras de la Revolución recientemente, después de ser derrotado el 18 de marzo por el Duque de Sajonia Coburgo en la batalla de Neerwinden, desastre por el que las tropas francesas han debido retirarse de Bélgica, entregándola a sus enemigos austriacos.

El 25 de marzo, Dumouriez, que efectivamente abomina del sanguinario radicalismo emergente entre los revolucionarios, se entrevista con el coronel austriaco Mack, ofreciéndole marchar con sus tropas a París para reinstaurar la monarquía borbónica y terminar cuanto antes con la guerra.

El 28 de marzo, Dumouriez decide dirigir sus tropas sobre París para derrocar el gobierno de la República Francesa; al día siguiente escribe una carta al Ministro de la Guerra francés, Boeurnonville. El 31 de marzo, Chaumette acusa formalmente a Dumouriez de traición y pide su arresto inmediato para ejecutarle.

El 1 de abril, Domuriez evita ser detenido por los comisarios enviados en su busca y se  acerca con su ejército a las posiciones austriacas. Dos días después se declara ante sus hombres como leal a la monarquía francesa y pide que les sigan a París para salvar Francia, pero la mayoría son Sans Culottes y burgueses muy fieles a los ideales de la Revolución.

El 5 de abril, el mariscal Domouriez, acompañado del Duque Phillipe d'Orleans y su Estado Mayor, abandonan el ejército francés y desertan a los austriacos.

El general Custine asume el mando de las tropas francesas y se prepara para defender la plaza Valenciennes. Fracasará, y tras ser acusado de traidor, morirá guillotinado.

 5 abril 1793: La Convención decreta la creación de un Ejército Revolucionario o del Interior.

 8 abril 1793:

Conferencia de Anviers.

La división de los reinos coaligados favorece a Francia, tal como exponen sus representantes en una conferencia celebrada hoy Anviers. A pesar de ser capaces de movilizar 280.000 soldados, la falta de consenso político entre sus monarcas motivará que no actúen de forma coordinada; de momento sólo tropas españolas están a punto de entrar en campaña.

Ningún rey está dispuesto a reconocer al joven delfín Louis XVII como monarca, para salvar su vida ya que está preso por los revolucionarios, pero al estar aún vivo tampoco desean o pueden aceptar como sucesor al hermano mayor del rey, el Conde de Provenza. Esta disensión confunde y desmoraliza a los monárquicos franceses.

Lord Auckland, el representante de la Gran Bretaña, no tiene reparos en enunciar la finalidad de la Coalición "...reducir Francia a una nulidad política... Cada una de las potencias coligadas debe procurar conquistar y apropiarse de lo que haya conquistado...". Los ingleses están particularmente interesados en la Bretaña y en las colonias francesas del Caribe.

El fin de la Coalición es evidente: si Francia resulta derrotada, los vencedores se quedarían con los territorios que ocupasen durante las campañas como compensación por su esfuerzo bélico, reinstaurando la monarquía en una Francia más pequeña, que incluso podría dejar de existir, como sucedió tras la última repartición de Polonia entre Prusia y Rusia.

El reciente reparto polaco causa el mayor motivo de desencuentro. Los austriacos están irritados por no haber participado y exigen a cambio los territorios de Alsacia que puedan ocupar en campaña, pero Prusia, la gran beneficiada del reparto polaco, no desea que los austriacos la dominen, y no aportarán tropas cerca de este frente.

Rusia se limita a azuzar a los demás países para que derroten a Francia, esperando que los ejércitos de Prusia y Austria, que se disputan Polonia con los rusos, se debiliten, para quizás más tarde intentar arrebatarle territorios al que resulte más perjudicado; Inglaterra y Rusia firmaron hace poco una alianza para equilibrar las potencias europeas a su favor.

 9 abril 1793:

Los Representantes en Misión

La Convención de la República decreta que a partir de hoy se enviarán tres "représentans en mission" a cada uno de los Ejércitos franceses. Encargados de una estricta vigilancia y observancia de la ortodoxia del credo revolucionario entre los soldados atendiendo a sus palabras y hechos, gozarán de poderes ilimitados en sus funciones relativas al desarrollo logístico de las operaciones, facilitando medios, personal y suministros con rapidez.

Devotos fanáticos del Terror Revolucionario, los Representantes en Misión podrán juzgar  casos de valentía o cobardía otorgando inmediatos premios y castigos, sancionar ascensos o degradaciones, dictar penas de prisión, emitir sentencias de muerte, e incluso asumir el mando de un Ejército. Serán particularmente temidos por sus presunciones y acusaciones de traición, delito capital que pueden imputar incluso a oficiales con el rango de general.

20 abril 1793: Tropas españolas sitian Perpignan.

22 abril 1793: Estados Unidos declara su neutralidad en la guerras de Coalición.

29 abril 1793: Comienza la sublevación antirrepublicana de Marsella y Avignon.

30 abril 1793: La Convención decreta la creación de 11 Ejércitos franceses.

19 mayo 1793: 

Batalla de Tech.

El 17 abril, el general Ricardos invade el Rosellón con 24.000 soldados españoles, mientras otros 8.000 protegen Navarra y otros 4.500 Aragón. Los hispanos toman Arlés al breve y el Comité de Salud Pública revolucionario envía a la zona a 16.000 soldados al mando de Dagobert, que se atrincheran ante Perpiñan, formando una línea defensiva en el río Tech, desde las fortalezas de Bellegarde a Baños.

Ricardos ataca con infantería las posiciones francesas con 12.000 soldados organizados en tres columnas contra la izquierda de Dagobert, que envía allí a sus reservas debilitando su derecha, atacada inmediatamente por el Duque de Osuna, ahuyentando a los defensores en desbandada.

Los españoles toman la artillería que dejan atrás los franceses y ocupan los fuertes de Baños y Garda, que se rinden sin resistencia, y otras ciudades próximas; a los pocos días Ricardos sitia la fortaleza de Bellegarde.

21 a 23 mayo 1793: II Batalla de Valenciennes, derrota de los franceses del general Custine.

24 mayo 1793: Comienza el sitio de Valenciennes, por tropas anglo-holandesas.

25 mayo 1793: Tropas españolas ocupan Prats de Mollo.

29 mayo 1793: Comienza la sublevación federalista antirrepublicana de Lyon.

 5 y 6 junio 1793: Tropas españolas toman Fort Lagarde y Fort Baines.

 7 a 9 junio 1793: Batalla de Arlon

 9 junio 1793: La Royal Navy y la Real Armada comienzan el bloqueo de puertos franceses.

 9 junio 1793: En la Martinica, el general Rochambeau derrota a los monárquicos.

10 junio 1793: Los primeros corsarios franceses zarpan de Port Luis, a luchar contra el bloqueo inglés.

13 junio 1793: Napoleón Bonaparte llega a Francia.

21 junio 1793: La siderurgia de Haute-Marne es requisada para abastecer al ejército de fusiles.

25 junio 1793: Las tropas españolas de Ricardos toman la fortaleza de Bellegarde.

29 junio 1793: Los campesinos rebelados de Vendée fracasan en su ataque a Nantes.

10 julio 1793: Condé es tomada por los austriacos del Príncipe de Sajonia Coburgo

18 julio 1793: Comienza la rebelión de los federalistas en Tuolon

20 julio 1793: El general Carteux inicia su campaña contra los rebeldes monárquicos y federalistas.

23 julio 1793: En Mainz, rendición de 23.000 franceses a los prusianos del Duque de Brunswick.

24 julio 1793: El general Carteux derrota a los antirrepublicanos de Avignon.

28 julio 1793: Valenciennes se rinde tras 43 días de bombardeo anglo-holandés.

31 julio 1793: El Ministerio de la Guerra transforma convento Val de Grace de París en hospital militar.

 1 agosto 1793: Valenciennes es tomada por los anglo-holandeses.

 3 agosto 1793: Desde hoy las campanas serán confiscadas en Francia para la fundición de cañones.

 4 agosto 1793: Tropas españolas ocupan Villafranca.

 5 agosto 1793: La Comuna de París comienza a reclutar más jóvenes para el frente.

 7 agosto 1793: Desde hoy se condena a muerte a todos los que se disfracen de soldado o de mujer.

 9 agosto 1793: Tropas del general Kellermann sitian a los antirrepublicanos de Lyon

13 agosto 1793: Batalla de Luçon, grave derrota de los monárquicos franceses.

18 agosto 1793: El Ejército aliado del Duque de York derrota a los franceses y avanza hacia Dunkerque

20 agosto 1793: Tropas del Piamonte toman Cluse, en la Saboya francesa.

20 agosto 1793: El Ejército Prusiano del Duque de Brunswick invade Francia por Alsacia.

21 agosto 1793: La Convención decreta una leva de 2 millones de reclutas para los ejércitos.

23 agosto 1793:

Movilización General en Francia.

La Convención se enfrenta a una amenaza múltiple: los aliados austriacos, prusianos, holandeses, británicos y hannoverianos que atacan desde Bélgica, el Sacro Imperio y el Piamonte, la invasión española del Rosellón y el bloqueo naval de la Royal Navy, a los que se suman los contrarrevolucionarios de la Vendée o Lyon y otros levantamientos internos.

Hoy el gobierno hace un llamamiento desesperado a la "Guerra Total", mediante la promulgación de un decreto que dice textualmente: " Todos los franceses están en requerimiento permanente para el servicio en los ejércitos hasta el momento en que los enemigos sean expulsados del territorio de la República."

Esta ley conseguirá levantar 14 contingentes, de casi un millón de milicianos, pues todos los varones jóvenes, solteros o viudos de 18 a 25 años deben servir en el ejército. En las celebérrimas palabras del nuevo Ministro de la Guerra francés, Lazare Carnot: 

" - Todos los franceses son llamados por su patria para defender la libertad: Los jóvenes irán al frente; los hombres casados forjarán armas y transportarán alimentos; las mujeres harán tiendas, ropas y trabajarán en los hospitales; los niños harán vendas de trapos usados; los viejos serán llevados a las plazas a levantar el ánimo de los combatientes, para enseñarles el odio a los reyes y el amor a la República."

La República envía este mes en sus fronteras a unos 550.000 soldados, que se reparten en los frentes continentales y la costas del Canal de la Mancha y del Mediterráneo, sin contar con las tropas que luchan en el interior contra los rebeldes monárquicos, y las guarniciones.

Al sur de Bélgica están el Ejército del Norte y el de las Ardenas, bajo el mando del general Houchard, con unos 120.000 y 20.000 soldados, que enlazan con el Ejército del Mosela del general Schauenbourg, con 80.000 soldados; al suroeste de Estrasburgo está el Ejército del Rin del general Landremond, con unos 110.000 soldados.

Al oeste de Alemania y Suiza está el Ejército de los Alpes del general Kellermann, con unos 50.000 soldados, que enlaza al oeste del reino del Piamonte Cerdeña y el Ducado de Niza con el Ejército de Italia del general Dumerbion, con 29.000 soldados.

Al norte de España están el Ejército de los Pirineos Orientales del general Flers, con 24.000 soldados y el Ejército los Pirineos Occidentales del general Delbecq con 30.000 soldados.

En la costa suroeste de está el Ejército de la Rochela del general Rossignol, con 40.000 soldados, y más al norte, entre Brest y Cherburgo, se encuentra el Ejército del Canal de los generales Sefer y Canclaux, con unos 47.000 soldados.

El Ejército del Interior reúne cerca de Nantes 40.000 infantes contra los monárquicos de la Vendée; los levantamientos federalistas obligan a los comandantes de los ejércitos de Italia y los Alpes a enviar tropas a Lyon, Marsella, Nimes y Avignon. La República también mantiene varios millares de soldados combatiendo a los bandidos Chouans, al oeste del país.

22 a 28 agosto 1793:

Ocupación Aliada de Toulon

Los líderes moderados de la ciudad portuaria de Toulon, apoyados por la Guardia Nacional local, se sublevaron el pasado 18 de julio contra los Jacobinos, formando un comité que declaró ilegal a la Convención el 12 de agosto; esta respondió enviando a la división del general Carteux con la misión de recuperarla junto a las otras plazas insurrectas de Provenza.

En el mar se halla la flota inglesa del vicealmirante Hood y la escuadra española del almirante Lángara, bloqueando el litoral mediterráneo francés.

En Toulon, el segundo puerto más importante de Francia, tiene su base principal la flota francesa del Mediterráneo. En estos momentos se hallan allí anclados 19 Buques de Línea, 7 fragatas y 9 corbetas, recibiendo suministros y mantenimiento. Otros 13 buques y 10 fragatas están en dique seco, siendo carenados, reparados o aparejados. El resto de la flota, 1 Buque de Línea y 9 fragatas, se encuentran en travesía en alta mar o amarrados en Córcega.

El contralmirante Conde de Trogoff, comandante interino de la flota francesa, se encuentra en Toulon abordo del "Commerce de Marseilles", de 120 cañones. Siente antipatía por los Jacobinos, que arrestaron a varios de sus oficiales y agitaron a los 6.000 trabajadores de los arsenales paralizando su actividad, cesando las labores de reparación, mantenimiento y aprovisionamiento de sus buques.

La Convención ordenó a Trogoff que zarpase con su escuadra de Toulon para enfrentarse a la flota anglo-española, pero el Contralmirante se negó a levar anclas hasta que sus barcos no fuesen acondicionados y abastecidos. La República le acusa de traición, y desde entonces asume una postura ambigua, sin realizar ninguna iniciativa o gesto a favor de nadie.

El 22 de agosto, la división de Carteux llega ante Marsella, a sólo 50 km de Toulon, cuyo comité revolucionario desespera: sus miembros saben que serán asesinados en cuanto caiga la plaza; sólo cuentan con un millar de Guardias Nacionales para su defensa y en la ciudad hay provisiones para unas 6 o 7 semanas a lo sumo, aunque está excelentemente fortificada.

Por la noche, los angustiados líderes insurrectos de Marsella y Toulon deciden ceder sus puertos a la Coalición a cambio de recibir refuerzos y suministros con los que resistir. Una delegación marsellesa se reúne con el vicealmirante Hood, quien desestima su oferta por razones políticas, logísticas y estratégicas. Al día siguiente Marsella será cercada por Cartoux.

El 23 de Agosto, los rebeldes de Toulon se enteran de la suerte de Marsella, y en su desesperación deciden pasarse a la causa antirrepublicana de la Coalición, enviando una delegación a Hood manifestándose enemigos de la Revolución y leales a la monarquía, y lo más importante, prometen armar a la escuadra de Trogoff contra la República, además de ceder su puerto a los coaligados, siempre y cuando reciban ayuda contra los republicanos.

El 25 de agosto, Marsella es recuperada por las tropas de Cartoux. En Toulon, objetivo próximo de su victoriosa campaña, cunde el pánico. Los líderes del comité revolucionario local piden al dubitativo Trogoff que su escuadra se una a la Coalición, recordándole su común antipatía contra los Jacobinos de París que gobiernan la nación, pero el contralmirante es reticente a entregar el mando de su escuadra a oficiales extranjeros contra su propio país.

Hood promete devolver los barcos y el puerto de Toulon a Francia cuando se restaure el Antiguo Régimen. Trogoff accede; para Inglaterra es un trato muy beneficioso. Pero el segundo al mando de la escuadra francesa, el Contralmirante Saint Julien de Chambon, se niega a entregar los barcos capitaneados por oficiales leales a la República, como él.

El 26 de agosto, Chambon envía a tierra a varios centenares de jóvenes procedentes de las levas republicanas, fanáticos revolucionarios pero inexpertos, que ocupan el fuerte de Balaguier, dispuestos a luchar contra los rebeldes y los aliados que puedan llegar. Durante toda la jornada se libran combates esporádicos entre la Guardia Nacional y los marineros.

La madrugada del 27 de agosto, Chambon ordena a los barcos bajo su mando que se alejen de las baterías portuarias de Toulon, pues su comité quería bombardearlas con "Balas Rojas", técnica naval consistente en emplear munición calentada al rojo vivo con el fin de provocar incendios. Los buques de Chambon maniobran hasta mar abierto formando una Línea de Batalla contra la flota aliada y un posible ataque de los barcos leales a Trogoff.

Los marineros de la escuadra de Chambon se encuentran atrapados entre los barcos de Trogoff, las baterías portuarias de Toulon y la flota anglo-española. Viéndose como futuros prisioneros, desertan en masa, abandonando sus barcos a los aliados, que capturan 8 Buques de Línea, 5 fragatas y 7 corbetas franceses; 5.000 de sus marinos son hechos prisioneros.

El 28 de agosto, las autoridades de Toulon se declaran oficialmente partidarias del Delfín de Francia, el encarcelado joven Louis XVII de Borbón, con el ánimo de atraer la ayuda de la Coalición y de los monárquicos contrarrevolucionarios de la Provenza que hayan conseguido huir de los ejércitos de Carteux y Kellermann. Los aún leales a Chambon en tierra huyen y este se entrega a los ingleses en alta mar, para evitar ser linchado por los rebeldes.

A las 09:15 horas el comité de Toulon ordena enviar señales a la flota de Hood comunicando que puede arribar a puerto siendo bien recibidas. La flota británica se acerca cautelosa, comprobando que nadie dispara contra ellos. A las 11:30 comienzan a desembarcar 1.200 infantes y 200 marineros ingleses en los muelles; poco después arribarán 3.000 infantes españoles procedentes de la escuadra del almirante Lángara.

Toulon, el segundo puerto más importante de Francia, pasa así a estar bajo control aliado.

24 agosto 1793: Comienza el sitio de Dunkerque, por tropas aliadas del Duque de York.

29 agosto 1793: Batalla de Bolcaire.

30 agosto 1793: I Combate de Ollioules, cerca de Toulon.

 6 a 9 septiembre 1793:

Batalla de Hondschoote.

El revolucionario Carnot envía al general Houchard al mando de un contingente francés de 42.000 soldados, en su mayoría inexpertos, poco equipados y mal adiestrados, contra el ejército anglo-hannoveriano del general Freutag, que se hallaba sitiando Dunkerque.

Houchard ordena a 24.000 de sus soldados ocultarse tras el bosque de Hondschoote y ponerse a cubierto para abrir fuego protegidos tras los árboles, reduciendo así su desventaja ante los 16.000 infantes del Duque de York, más profesionales y mejor equipados.

Los coaligados se retirarán después de tres días de combates, pero los franceses no sacarán ventaja de su victoria al fracasar en su persecución. Houchard será derrotado por los anglo-hannoverianos en Courtrai una semana después; el 16 de noviembre será decapitado por incompetente.

 7 septiembre 1793:

Comienza el Sitio de Toulon.

En la ciudad fortificada de Toulon, que alberga el segundo puerto más importante de Francia, su población se sublevó contra los Jacobinos el pasado 18 de julio, formando un comité que declaró ilegal a la Convención el 12 de agosto; esta respondió enviando a la división del general Carteux con la misión de recuperarla junto a las otras plazas insurrectas de Provenza.

Para protegerse, los líderes rebeldes se declararon monárquicos el 23 de agosto, entregando la escuadra francesa del contralmirante Trogoff y su propio puerto a la flota anglo-española de Hood y Lángara el 28 de agosto. Los primeros aliados en desembarcar son los británicos liderados por el capitán Elphinstone y los españoles del brigadier Izquierdo.

El Secretario de Guerra británico, Henry Dundas, considera el Mediterráneo de menor interés estratégico que el Canal de la Mancha y el Caribe. Para el Almirantazgo, el éxito ha sido ganar el control de gran parte de la flota francesa mediterránea, pudiéndola emplear después contra la propia Francia, su tradicional enemiga. La ocupación de Toulon plantea dificultades de defensa y abastecimiento, ingratas por ser un puerto que después se habría de devolver.

Hood desembarca el primer día en Toulon sólo 1.600 ingleses, mientras en el mar tiene 23 Buques de Línea, 14 fragatas y 13 navíos más, con 22.000 marinos. Pero como la Royal Navy no suele colaborar en la defensa de plazas, ni sus dotaciones están entrenadas para ello, el almirante enviará naves a otras misiones, y su flota apenas participará en el futuro sitio.

Lángara se comprometerá más con la defensa de Toulon; el primer día desembarcan unos 3.000 hispanos. La Real Armada Española destaca en la zona 12 buques de Línea, reforzados poco después hasta sumar 23 buques y 8 fragatas, con 23.000 marinos. El mando de la guarnición hispana en Toulon lo asume temporalmente el brigadier Domingo Izquierdo.

La ocupación y defensa del puerto puede tener un valor estratégico para el Ejército Español, en la medida que atraiga a soldados franceses destinados en principio a reforzar el frente del Rosellón, donde los españoles al mando del general Ricardos libran una victoriosa campaña.

Para el Privado del Rey español, Manuel Godoy, mantener Toulon y controlar su escuadra de forma temporal son preferibles a su destrucción, pues una vez derrotada la República y reinstaurada la monarquía, el Pacto de Familia entre Borbones posibilitaría una alianza de las armadas de España y Francia, logrando un equilibrio con la Royal Navy, disuadiéndola de atacar sus colonias americanas y quizás recuperando plazas como Gibraltar.

Las relaciones entre españoles y británicos son pobres debido a prejuicios heredados de su antigua enemistad, caracterizándose por malas comunicaciones, escasa coordinación táctica, constante desconfianza mutua, y disparidad de intereses y criterios. Los británicos dejarán a los españoles las posiciones de menor valor estratégico recelando una traición, y los hispanos tenderán a cuidarse de sí mismos antes que colaborar.

Los Aliados estudian la situación de Toulon concluyendo que la plaza está bien fortificada y artillada con 300 cañones, pero resulta de difícil defensa con tan pocos hombres. Lángara cursa una petición de refuerzos a España y Hood a Gibraltar, enviando un informe a Londres a sabiendas de que no recibirá ninguna respuesta de la capital antes de una quincena.

El 29 de agosto, la vanguardia de la división de Carteux, un batallón de infantería y una fuerza de caballería de 800 soldados al mando del brigadier Mouret, llega a Olliules, a sólo unos 6 km. al noroeste de Toulon. Los republicanos esperan escasa resistencia por parte de los rebeldes, como sucedió en el resto de ciudades que se sublevaron en la Provenza, aunque existirán bolsas de resistencia federalista durante meses.

Los Aliados son avisados del avance de Carteux y la presencia de Mouret en la zona por los rebeldes que consiguieron escapar de Marsella. Mulgrave envía al capitán Elphinstone con 200 británicos y al brigadier Izquierdo con 300 españoles para emboscar la vanguardia republicana en Olliules. Mouret descubre la presencia de fuerzas extranjeras en Toulon y lo notifica a su comandante, quien remite la noticia a París.

El 31 de agosto, a las 15:00 horas, los Aliados atacan la columna de Mouret cuando sale de Olliules. Los confiados republicanos son sorprendidos, retirándose tras un breve combate, dejando atrás 8 muertos, 30 prisioneros, 2 cañones y 2 banderas. Los anglo-españoles solo tienen unas 14 bajas. En el pueblo se quedarán algunos españoles y tropas de la Guardia Nacional de Toulon como fuerza de observación.

La Convención recibe con estupor la noticia de la caída de Toulon en manos extranjeras. Lazare Carnot, Ministro de la Guerra de la República, promete refuerzos a Carteux y ordena al general Lapoype que salga de Niza para ayudarle a reconquistar la ciudad antes de que lleguen más aliados y ayuden a los monárquicos. El gobierno comisiona tres Representantes, Barrás, Fréron y Salicetti, en misión a la Provenza para supervisar la campaña.

El 4 de septiembre, los Representantes nombran a Carteux comandante en jefe del sitio de Toulon. A diferencia de los Aliados, los republicanos franceses recibirán gradualmente tropas adicionales. El 6 de septiembre el general Lapoype llega a Sollies, al noreste de la ciudad portuaria, con 2.900 soldados mientras Carteux reagrupa sus 7.900 al noroeste de Olliules.

Los Representantes destinarán una suma de dinero a la creación de una red de espionaje entre los mercaderes leales y trabajadores jacobinos de Toulon para averiguar los planes aliados y el tamaño de su contingente. Sin embargo los ejércitos de Carteux y Lapoype no aprovecharán su ventaja numérica por falta de coordinación entre sí, limitándose a cercar la plaza por tierra mientras organizan un asalto de infantería.

Durante la primera semana de septiembre, los aliados ocupan todas las posiciones elevadas al norte de la ciudad, creando un perímetro exterior de 14 fuertes y reductos en forma de "U", de unos 14 km de largo por 4 km de ancho. De dichas fortificaciones destacan los fuertes de Malbousquet, al oeste, La Malgue en el centro y provisto con 124 cañones, y Croix Faron al este. Los defienden unos 3.300 españoles y 1.200 británicos, mientras los arsenales del puerto están vigilados por unos 400 marineros ingleses y 300 españoles.

El 7 de septiembre Carteux asalta Olliules enviando delante un destacamento de Granaderos con apoyo de artillería. Los milicianos de la Guardia Nacional huyen enseguida y los pocos españoles que intentan resistir se ven obligados a replegarse. Los franceses rebeldes sufren 56 bajas, en su mayoría muertos, y los españoles 68 bajas, en mayoría  heridos. El comandante en jefe de la artillería republicana, Dommartin, resulta gravemente herido.

Carteux establece su cuartel general en Olliules y comienza a preparar el sitio de Toulon.

En Tolon, el coronel Mulgrave asume el mando del contingente inglés y pide al comité local que reúna un batallón de milicianos para colaborar en la defensa de la plaza aparte de la Guardia Nacional, que será desarmada por su pobre actuación en Olliules.

Ese mismo día se recibe en Londres la noticia de la toma de Toulon. Henry Dundas consulta al Almirantazgo, autorizándose enviar solamente dos divisiones desde Gran Bretaña y dos batallones desde Gibraltar, prefiriendo que sean otros aliados más próximos a la plaza quienes la defiendan, aunque halla que pagarles por soldados de supuesta menor calidad.

Nápoles enviará a Toulon unos  4.800 infantes, 4 Buques de Línea, 4 fragatas y 4 corvetas, y el Piamonte Cerdeña unos 1.700 infantes y una fragata.

El resto de refuerzos aliados destinados a Toulon nunca llegarán. En Southampton embarca una división de 4.500 ingleses, que por temor a un desembarco francés son retenidos en Gran Bretaña, como los 5.000 mercenarios de Hesse. Las tropas de Gibraltar no llegarán a tiempo. El Sacro Imperio tiene 8.500 soldados en el norte de Italia, pero por disputas territoriales con el Piamonte se mantendrán en sus puestos.

Durante el mes de septiembre, los aliados protegen Toulon con sólo unos 7.000 soldados.

12 septiembre 1793: Tropas austriacas toman Quesnoy

12 septiembre 1793: Kellerman, al mando del Ejército de los Alpes, inicia la ofensiva de Saboya

13 septiembre 1793: Tropas francesas del general Houchard toman Menin a los holandeses.

14 septiembre 1793: Batalla de Pirmasens.

13 septiembre 1793: Tropas británicas del Duque de York recuperan Menin.

16 a 18 septiembre 1793:

Bonaparte llega a Toulon.

El pasado 28 de agosto, el importante puerto francés de Toulon fue ocupado por tropas anglo-españolas. La Convención envió tres "Representantes en Misión" a la Provenza para colaborar en tareas logísticas con el general Carteux, comandante del ejército republicano en el sitio a la ciudad portuaria. El 7 de septiembre, este perdió a su oficial de artillería en un combate, pidiendo a los Representantes que buscasen a alguien capaz de sustituirle.

El Representante Salicetti comienza a indagar en busca de un oficial bien instruido y devoto revolucionario. Bonaparte, por entonces relegado a la rutinaria tarea de escoltar convoyes de suministros en la Provenza, se entera de la situación, y anhelando un destino más trascendente viaja a las posiciones republicanas en Toulon con la intención de hacerse con la vacante.

El 16 de septiembre por la noche, el desconocido capitán entra en la taberna de Beausset, al noroeste de Toulon, interrumpiendo la reunión de los Representantes, que le escrutan sentados a una mesa. El joven se presenta, mostrándoles el panfleto "Le Souper Beaucaire" que ha redactado sobre el empleo de la artillería en sitio de Marsella, hablándoles de su simpatía por los Jacobinos de la Convención y su desprecio a los rebeldes monárquicos.

Salicetti queda impresionado por el ardor de Bonaparte, y aunque haya oficiales disponibles con más preparación que él, ninguno alardearía de tal lealtad a la Revolución y la República. Al parecer el representante ya conocía el compromiso de su familia con la unidad francesa en la independentista Córcega; de hecho se rumorea que incluso le atrae su hermana Carolina...

Tras una breve deliberación, los Representantes comunican a Napoleón que al día siguiente deberá personarse en el cuartel general de Carteux en Olliules, como comandante interino de la artillería en el sitio de Toulon a sus órdenes, extendiéndole las credenciales que deberá presentar. El emocionado Bonaparte abandona la taberna de madrugada.

El 17 de septiembre por la mañana, el diligente Napoleón inspecciona las baterías republicanas emplazadas al oeste de Toulon, encontrando que su posicionamiento es muy deficitario, debido tanto a la ausencia de un comandante de artillería como a la decisión de Carteux de tomar la ciudad mediante un masivo asalto de infantería, sin perder tiempo en bombardeos previos de desgaste, que cree innecesarios.

A mediodía Bonaparte se presenta ante el general de Carteux comentándole sus impresiones y sugerencias acerca de bombardear antes la flota aliada; más tarde exagerará diciendo que el general no sabía nada de artillería y le tuvo que dar una clase didáctica sobre el tema. En realidad el comandante deja hacer a su nuevo capitán de artillería por venir recomendado de Salicetti, uno de los temibles Representantes en Misión, y por que no tiene nada que perder.

Napoleón se dedica con tesón a su trabajo el resto de la jornada, desplegando sus amplios conocimientos en artillería, y sobre todo, sus dotes innatas de planificación, liderazgo y organización, con el firme propósito de ganarse el respeto de sus protectores para que le confirmen en su puesto, pues de momento sólo es oficial interino, teniendo bajo su mando unos 300 artilleros con 24 cañones ligeros, 100 animales de tiro y varios carros de carga.

Bonaparte encuentra un emplazamiento adecuado para una batería pesada en las alturas de Bregaillon, al oeste de Toulon, desde la que se podría batir a los buques aliados. Ordena a su personal transportar hasta allí los cañones pesados de dos fuertes costeros, además de los materiales necesarios para montarlos y amunicionarlos, aunque no encuentra mucha pólvora. Las obras de atrincheramiento y aproche de la batería llevan una 48 horas de trabajo.

El 18 de septiembre al amanecer, Napoleón invita a los Representantes a inspeccionar su batería de 5 piezas, todas con incómodo afuste naval. Acuden a la cita los Representantes Salicetti y Fréron, contemplando con gusto el inicio del bombardeo sobre la Aurore, una fragata francesa maniobrada por marinos británicos, que está casi fuera del alcance de la batería, a más de 1.500 metros; tras unos disparos la pólvora se agotó.

Los Representantes abandonan contentos la batería por el contagioso optimismo que destila su nuevo comandante de artillería, que con su vistosa acción eleva la moral del resto del ejército republicano. La eficacia del bombardeo es nula, las balas no alcanzan la fragata enemiga, mientras los marinos españoles del resto de la flota contemplan aburridos los esporádicos chapoteos que producen las balas al hundirse inútiles en las aguas del puerto.

Napoleón adquiere cierto margen de protección de los Jacobinos, que le consideran activo y ejemplar, ganando tiempo para mostrar sus destrezas como artillero. Durante las semanas siguientes montará nuevas baterías con las que hostigar a los Aliados.

17 septiembre 1793: Tropas españolas del general Ricardos atacan Perpignan.

18 a 19 septiembre 1793: Combates entre revolucionarios y monárquicos en Maine et Loire.

21 septiembre a 1 de octubre 1793:

Primeros Asaltos a Toulon

El pasado 28 de agosto, el importante puerto francés de Toulon fue ocupado por tropas anglo-españolas tras rebelarse contra la Convención jacobina, entregando también su flota. El 7 de septiembre el general republicano Carteux sitia la plaza, y el día 16 de septiembre Napoleón se presentó como comandante de artillería, respaldado por el comisario Salicetti.

A mediados de septiembre el general Carteux cuenta con un ejército de unos 10.800 franceses revolucionarios, mientras los Aliados suman unos 7.000 soldados; de ellos 3.600 son españoles, 1.600 británicos, 1.000 Guardias Nacionales franceses rebeldes y un batallón de 800 franceses monárquicos; además Inglaterra ha contratado tropas napolitanas y sardas.

Toulon es una ciudad portuaria bien fortificada, con 14 fuertes exteriores artillados con unas 300 piezas, más los cañones de los barcos aliados. A finales de septiembre, la flota inglesa del Mediterráneo congregada cerca del puerto es de 23 Buques de Línea y 14 fragatas, con 22.000 marinos. La flota española de bloqueo reunirá en octubre 23 Buques de Línea y 8 fragatas, con 23.000 marinos, desde entonces la flota británica empezará a retirarse.

Los Aliados carecen de un mando único. El coronel Mulgrave y el almirante Hood dirigen a los ingleses, y más tarde a napolitanos y sardos, mientras el brigadier Izquierdo, y los generales Gravina y Lángara a los españoles. Los civiles franceses desprecian a los ocupantes por desatenderles, creyéndose utilizados. La falta de cohesión, los recelos mutuos y la disparidad de intereses solo desaparecerán cuando se vean en grave peligro.

El 20 de septiembre, Bonaparte emplaza otra batería al oeste de Toulon, con un cañón y 2 morteros. El general Carteux se halla a la espera de los refuerzos prometidos por la Convención para lanzar un asalto definitivo de infantería, con la convicción de que en este sitio no se puede emplear artillería con buenos y rápidos resultados.

Bonaparte y otros oficiales convencen a Carteux de la necesidad de tomar cuanto antes el fuerte de Belaguier, en el extremo suroeste del estrecho anterior al puerto de Toulon, para cortar el acceso a los barcos aliados que abastecen, protegen y refuerzan a los sitiados, gracias a los cuales podrían resistir por tiempo indefinido.

Napoleón intenta alcanzar con sus nueva batería el fuerte Belaguier, guarnecido por 2.000 soldados aliados, pero está muy lejos. La maniobra es advertida por Hood, que aconseja a Mulgrave e Izquierdo reforzar dicha posición, enviado unos 500 infantes desde Toulon que toman posiciones tierra adentro, en unas colinas al oeste del fuerte.

El 21 de septiembre el brigadier Delaborde avanza con 400 infantes hacia el norte de Belaguier, para ocupar el estratégico promontorio de Point L'Eguillette, pero los aliados les atacan, retirándose tras sufrir 36 bajas. Los ingleses fortifican sus puestos en las colinas bajo fuego enemigo y piden ayuda a los españoles para defenderlas; para el 24 de septiembre el fuerte de Mulgrave está defendido por 1.800 soldados y 20 cañones.

Las baterías de Bonaparte tienen escasa puntería sobre los barcos aliados, por hallarse fuera de su radio de alcance efectivo, pero el incesante bombardeo aumenta sus posibilidades de impactar. La fragata "Aurore" es alcanzada tres veces con "Balas Rojas", proyectiles calentados para provocar incendios, muriendo varios marineros británicos, hecho que comienza a inquietar a los Aliados.

Desde el 23 de septiembre, a las 06:00 de la mañana, las baterías republicanas disparan a los buques españoles "San Juan Nepomuceno", "San Ildefonso" y "San Jorge", concentrando su fuego en el primero, que replica al fuego durante las doce horas siguientes disparando casi 1.700 andanadas, destruyendo una de las baterías enemigas y sufriendo muy pocos daños. Los días siguientes los franceses continúan el bombardeo de la rada.

Los buques españoles abren fuego de contrabatería, pero no pueden acercarse a los bajíos de la costa occidental lo suficiente como para acertar debido a su hondo calado e inferior ángulo de disparo, como le sucede a la fragata de 74 cañones "San Juan Nepomuceno", que durante 10 días se bate en duelo artillero intentando en vano desmontar alguna batería napoleónica, aunque en el mismo tiempo estas sólo le tocan dos veces.

Los aliados construyen dos pontones sobre los que emplazan 4 cañones y 2 morteros, acercándoles a los bajíos con la esperanza de destruir las insidiosas baterías republicanas: un blanco fácil para Bonaparte, que toma el mando de las piezas, hundiendo lentamente uno y volando en pedazos el otro en un instante.

El 26 de septiembre, Carteux comienza a concentrar tropas ante Mont Faron, considerándolo objetivo principal. Los republicanos lanzan hasta cuatro asaltos sucesivos contra el cercano fortín de Pomet, siendo rechazados en todas ocasiones, aunque muere su comandante inglés. Al día siguiente un nutrido grupo de franceses embosca al convoy de suministros que se dirige al puesto, pero es dispersado por su escolta española.

El 28 de septiembre comienzan a llegar las tropas del Piamonte Cerdeña, unos 800 infantes al mando del brigadier Thaon de Revel, y al día siguiente desembarcan los primeros mercenarios del contingente napolitano, unos 2.000 infantes al mando del príncipe Fabrizio Pignatelli, quien se reúne con Hood para tratar las condiciones del pago de un millón y medio de ducados por la movilización de sus tropas, y 5 millones más por cada año de servicio.

A finales de septiembre, Carteux dispone de 15.000 soldados por 9.800 de los Aliados, ordenando a Lapoype que intente tomar Mont Faron, la meseta al norte Toulon defendida por dos posiciones aliadas en su lado oriental: las trincheras de Croix Faron, con unos 400 infantes españoles y 60 británicos y el fuerte Faron, guarnecido con 400 soldados.

El 1 de octubre de madrugada, Lapoype envía al general Gardanne con una media brigada de 1.600 franceses, su batallón de vanguardia, al mando del teniente coronel Víctor, arrolla al destacamento británico de Croix Faron a las a las 02:00 horas, pero se repliega ante la decidida resistencia de los españoles atrincherados, que termina hacia las 04:30 con la llegada del resto de batallones republicanos; quintuplicados en número, los hispanos huyen a Toulon.

Mulgrave e Izquierdo planean un rápido contraataque. A las 08:00 horas dos columnas avanzan hacia Croix Faron por ambos flancos, una al mando de Mulgrave y Revel, con 580 infantes anglo-sardos, y la otra al mando de Izquierdo, Gravina y Pignatelli, con 550 españoles, napolitanos y sardos, apoyados en retaguardia por Elphinstone con 250 anglo-franceses y amparados por el fuego artillero del fuerte Faron.

Los británicos y sardos envuelven a los franceses en Croix Faron por el este, mientras los hispanos y napolitanos les acometen desde el sur. La moral republicana se hunde y los defensores comienzan a retroceder tras lanzar dos descargas de fusilería, solo el batallón de Víctor sufre unas 300 bajas. A las 15:30 horas los aliados despejan de republicanos Mont Faron al coste de 78 bajas; el general español Gravina resulta herido en la acción.

Los asaltos republicanos franceses fracasan por que sus tropas, en gran parte reclutas sin adiestramiento y pobremente vestidos, luchan con fanatismo pero maniobran con lentitud. Los oficiales revolucionarios, inexpertos, se han acostumbrado a emplear tácticas fundadas en una simple superioridad numérica aplastante, perdiendo la iniciativa cuando esta no se consigue o no basta contra tácticas más complejas como la empleadas por los diestros oficiales aliados.

El sitio a Toulon se estancará en duelos artilleros y combates esporádicos. Por su actuación durante el último contraataque aliado, Gravina será ascendido por el rey a Teniente General, ganándose la admiración personal de los cercados.

22 septiembre 1793:

Batallas de Trouilles.

Tras la derrota de Tech, el general Dagobert recibe refuerzos hasta sumar 50.000 soldados, atacando las posiciones españolas de Ricardos, defendidas por 30.000 hombres, desplegados de la aldea de Thuir al castillo de Reart y centro en Trouilles.

Dagobert envía 24.000 franceses para envolver la izquierda hispana, mientras ataca contra la derecha con otros 5.000 como maniobra de distracción. Ricardos refuerza Thuir con 4 regimientos, pudiendo el Duque de Osuna defender su flanco. Dagobert intenta luego atacar en Trouilles, pero es contenido con el apoyo de las tropas de la izquierda española y fuego de artillería.

Ricardos contraataca envolviendo a los franceses con una fuerza de caballería. Dagobert logra escapar, abandonando toda su artillería y sufriendo 6.000 bajas; los supervivientes huyen a refugiarse en Perpignan; los españoles se repliegan a Boulou.

Tras esta derrota, los oficiales franceses se entregan a tales discusiones y desordenes que no podrán iniciar ninguna contraofensiva eficaz este año. En la Guerra del Rosellón el Ejército de los Pirineos Orientales solo ha ganado tres batallas, sufriendo en total unas 10.000 bajas.

La campaña del Rosellón ha supuesto un gran triunfo para Ricardos, cuyo ejército ha vencido en ocho batallas sufriendo unas 4.500 bajas, resultando una de las acciones más brillantes de las Guerras de la Revolución. Los españoles se posicionarán a la defensiva en las plazas conquistadas, aunque por contrario que los franceses, no recibirán más refuerzos.

 23 septiembre 1793: El Comité de Salud Pública ordena fabricar fusiles a todos los obreros de París.

 8 octubre 1793: Lyon es tomada por los revolucionarios franceses de Kellermann, hay una masacre.

 8 a 30 octubre 1793:

Estancamiento en Toulon

El pasado 28 de agosto, el importante puerto francés de Toulon fue ocupado por tropas anglo-españolas, tras rebelarse una parte de su población contra la Convención jacobina.

El 7 de septiembre, el general republicano Carteux sitió la plaza, y desde el 16 de este mes Napoleón es su comandante interino de artillería, encargado de emplazar todos los cañones de su ejército. En la segunda quincena los franceses fracasaron en dos intentos de tomar posiciones estratégicas por su escasa masa de maniobra y la rapidez de respuesta aliada.

Carteux accede a las peticiones de Bonaparte respecto a emplazar más artillería para debilitar a los aliados mientras espera más refuerzos de infantería. Del 7 al 22 de octubre Napoleón monta tres baterías más con 8 cañones y 3 morteros que baten el lado occidental del estrecho por el que se accede a Toulon y el fuerte de Balaguier.

El 8 de octubre a las 00:00 horas, unos 400 aliados hacen una salida para obstaculizar los trabajos de una de las nuevas baterías situadas ante el fuerte Belaguier. Sorprenden a los artilleros republicanos, matando a 14 de ellos, clavando y rompiendo luego los afustes de sus 4 cañones y 2 morteros, además de capturar 27 prisioneros y varias cajas de suministros; los atacantes cuentan 14 bajas. Otro asalto similar no pudo ser efectuado por la densa niebla.

El 14 de octubre, una columna aliada sale del fuerte LaMalgue y ocupa el Cabo Brun, al este del estrecho que da acceso al puerto, fortificándose en una altura estratégica que domina la zona, pero al día siguiente los republicanos del general Lapoype les expulsan. Gravina organiza un rápido contraataque con 3.000 infantes, 40 Dragones y 8 cañones que tras varias escaramuzas disuaden a los franceses de ocupar el sector, replegándose a sus posiciones.

La mayor parte del tiempo las hostilidades se reducen a duelos artilleros entre las baterías de Bonaparte y los barcos aliados, que resultan ser tan ruidosos como inútiles, pues la gran distancia que les separa reduce su puntería casi a una cuestión de azar: en uno de estos intercambios de disparos, el buque" Princess Royal", de 98 cañones, sólo es alcanzado 5 veces en 14 días sufriendo 35 bajas, y de sus andanadas ninguna daña un objetivo relevante.

Napoleón se atreve incluso a invitar a los Representantes de la Convención a una de sus baterías cuando es cañoneada desde un barco del puerto, para que le vean mantenerse erguido y desafiante frente al fuego enemigo, del que sabe a salvo. Los comisarios Barrás, Fréron y Salicetti elogiarán sus dotes y valor, reconociéndole comandante en jefe de la artillería el 18 de octubre; desde entonces actuara con independencia de sus superiores.

Este día desembarcan en Toulon 3.000 infantes españoles, el último contingente importante que llegará a Toulon. Con ellos llega el general Don Rafael Valdés, que asume el mando de la guarnición hispana en la ciudad sitiada y sus fortificaciones externas.

Desde el 19 de octubre las guarniciones aliadas de los fuertes exteriores a Toulon comienzan a quedarse sin víveres, debido a que tienen amplios espacios abiertos en derredor, batidos esporádicamente por el fuego republicano que diezma los convoyes de suministro. La moral de los soldados aliados comienza a declinar.

El 23 octubre el almirante Federico Carlos de Gravina es nombrado por el gobierno de España comandante en jefe de todas las fuerzas aliadas en Toulon, razonando que la mayoría de la infantería en la ciudad sitiada es española, pero Mulgrave y Hood se niegan a acatar esta orden tomada en Madrid, no consultada previamente y que tampoco será refrendada por Londres, y que en la práctica supondría ceder el mando de sus mercenarios aún por llegar.

Lángara ordena situar su buque insignia "Mexicano", de 112 cañones y otros dos más a los costados del buque insignia británica "Victory" de 100 cañones, para intimidar a los británicos con su flota, por entonces los españoles tienen una veintena de Buques de Línea en Toulon y los británicos una decena. Hood acusa a los hispanos de pretender adueñarse de la plaza, por lo que se quedan con su gobierno militar, mientras Gravina detenta el mando conjunto.

Días después el vicealmirante Hood ordena embarcar a los 5.000 marinos republicanos franceses apresados en Toulon, cuya custodia y alimentación comienzan a dar problemas, en 5 de los barcos apresados, deportándoles primero a Bordeaux para después enajenar las naves, tergiversando la palabra dada al contralmirante francés Trogoff cuando cedió su flota.

El 27 de octubre llegan los únicos refuerzos británicos, unos 1.000 soldados al mando del general O'Hara, nuevo comandante de la guarnición británica de Toulon que mantendrá tensas relaciones con Gravina. El vicealmirante Hood recibió una carta comunicándole la llegada de estos batallones y una división de mercenarios de Hesse, pero estos ni siquiera zarparán de Inglaterra.

Inglaterra se olvida de Toulon, manteniendo allí su destacamento por cortesía a España. El Almirantazgo no enviará a los suyos suministros para el invierno y progresivamente ordena a su flota del Mediterráneo abandonar el sitio para cumplir misiones más banales. Durante el mes de octubre Hood dispersa sus barcos enviando escuadras a Malta, Córgega, Génova o Tunicia, y no vuelve a recibir noticias acerca de refuerzos, víveres o material.

Debido a la insuficiente presencia naval aliada, los republicanos no tienen problemas para abastecerse de vituallas, armas y municiones traídas en barcazas desde Avignon, descendiendo por el Rhone. Los grandes buques españoles son inadecuados para obstaculizar el tránsito costero de estas embarcaciones de poco calado, sobre todo de noche.

A finales de octubre, los franceses republicanos han recibido gran cantidad de refuerzos, contando con unos 25.000 soldados, que tienen abundante munición pero andan faltos de comida por deficiencias de carácter logístico.

Por entonces los Aliados disponen de unos 16.000 soldados, de ellos unos 6.500 españoles, 4.400 napolitanos, 2.600 británicos, 1.500 sardos y unos 1.000 franceses monárquicos. Pero el 25 % del total no es apto para luchar por encontrarse muy enfermos o malheridos.

En los almacenes de Toulon los víveres se pudren o se llenan paulatinamente de insectos a la espera de su peligroso transporte a las fortificaciones exteriores, donde los soldados pasan hambre o se ven obligados a comer estos alimentos cuando llegan.

14 octubre 1793: Defensa de Boulou.

15 a 16 octubre 1793:

Batalla de Wattignies.

El Príncipe de Sajonia y Coburgo se halla con 26.000 soldados aliados, en su mayoría austriacos, sitiando la fortaleza de Maubeuge, la única plaza fuerte que se halla ante París.

El general Jourdan es enviado al frente, en sustitución del decapitado general Houchard, al mando de 50.000 franceses para levantar el asedio y salvar la capital. El propio Ministro de la Guerra, Carnot, acompaña al Estado Mayor del ejército de jóvenes reclutas, inexpertos y mal armados, pero revolucionarios devotos y fanáticos

Jourdan ataca el 15 de octubre las posiciones aliadas en la meseta de Wattignies, pero las tropas del Príncipe logran repeler el asalto. Por la noche, 10.000 franceses son trasladados al flanco derecho, atacando a su vez el flanco izquierdo del despliegue sitiador a primera hora de la mañana del día 16 de octubre.

Los franceses logran romper las líneas aliadas de forma imprevisible, de tal modo que los defensores retroceden y luego huyen en desbandada, obligando al  Príncipe de Sajonia y Coburgo a levantar el asedio de Maubeuge. Cada uno de los ejércitos sufre unas 3.000 bajas aproximadamente.

La masa de milicianos Sans Culottes ha vuelto a salvar París y la Revolución. Las tropas aliadas se repliegan hacia el este, y más tarde serán expulsadas del noreste de Francia.

18 octubre 1793: Bonaparte es promovido a Comandante de Batallón.

20 octubre 1793: La contrarrevolución de Lyon es aplastada, comenzando una sangrienta represión.

27 octubre 1793: Batalla de Entrames.

29 octubre 1793: Batalla de Marciennes.

1 a 30 noviembre de 1793:

Continúa el Sitio de Toulon.

El pasado 28 de agosto, el importante puerto francés de Toulon fue ocupado por tropas anglo-españolas, tras rebelarse una parte de su población contra la Convención jacobina.

El 7 de septiembre, el general republicano Carteux sitió la plaza, y desde el 16 de este mes Napoleón es su comandante de artillería, encargado de emplazar las baterías. Los franceses fracasaron en dos intentos de tomar posiciones estratégicas por falta de hombres, así que en el mes de octubre se limitaron a mantener el cerco, disparando a barcos y fortificaciones en espera de recibir refuerzos de Lyon para realizar un asalto con más probabilidades de éxito.

Durante el mes de noviembre, las baterías de Napoleón continuarán cañoneando a los barcos aliados del puerto ocasionando escasos daños, mientras el bombardeo de las fortificaciones occidentales aliadas causará severas pérdidas entre los infantes refugiados en ellas.

El 6 de noviembre los Representantes en Misión relevan a Carteaux por incompetente. El 10 de noviembre le sustituye el general Doppet. que planea un ataque principal a los fuertes de Belaguier y Mulgrave coordinados con otro asalto, como maniobra de distracción, al fuerte Malbousquet. Los aliados resisten en sus puestos sufriendo unas 90 bajas por más de un centenar de los atacantes; el general republicano es degradado.

El 16 de noviembre el general Jacques Dugommier asume el mando de los republicanos franceses, decidido a tomar la plaza mostrando más agresividad. Envía al frente a los oficiales destacados por su arrojo en asaltos anteriores, como el teniente coronel Víctor.

Aconsejado por su adjunto Du Teil, anciano inspector de artillería y antiguo mentor de Bonaparte, Dugommier concede a este personal al mando del eficiente capitán Marmont, hasta tener a sus órdenes 64 oficiales y 1.600 artilleros y zapadores, además de prometérsele cañones y material para levantar nuevas baterías de sitio. El corso adiestra a los cabos de artillería y les habilita con el rango de sargentos, depositando en ellos toda su confianza.

Napoleón comienza a dar ejemplo de gallardía, exponiéndose a los disparos aliados para animar a sus hombres a trabajar y motivarles para combatir, arengando a sus artilleros: "-Necesito hombres, auténticos hombres, no señoritas. Nunca os enviaré a tomar una posición enemiga: os pediré que me sigáis a tomarla. Si sois de estos hombres, dadme la mano."

Bonaparte, junto a su secretario Junot, pasa todo su tiempo entre las baterías y su cuartel general en Oulliules, pero duerme cerca de sus soldados. Crea un gran depósito de municiones y armería donde pone a trabajar 80 artesanos fundiendo balas, mezclando pólvora o reparando afustes y ruedas para que sus cañones siempre estén listos. Los Representantes están muy contentos con él.

Para el 28 de noviembre se concluyen 8 baterías más, disponiendo Bonaparte de un total de 13 a lo largo de la costa occidental del puerto de Toulon y su estrecho, armadas con 37 cañones y 26 morteros. Desde entonces el fuerte de Mulgrave y las demás posiciones aliadas del sector son sometidas a un intenso bombardeo que arroja decenas de bajas diarias.

El general O´Hara, nuevo gobernador militar británico de Toulon, comienza a planear una salida para destruir las baterías enemigas que circundan la ciudad. Su relación con el general español Gravina es inexistente, tratando solo mediante intermediarios; el británico se limita a escuchar las dudas del hispano sobre la operación, prestándoles escasa consideración.

El 30 de noviembre, unos 2.300 aliados, entre ellos 1.000 españoles y 400 británicos, salen del el fuerte Malbousquet con el objetivo de inutilizar una batería pesada republicana. Los atacantes consiguen clavar sus cuatro cañones, pero su falta de coordinación posibilita un rápido y arrollador contraataque de Mouret. Los franceses en avance persiguen a los aliados fugitivos hasta el fuerte, siendo rechazados por los defensores y unas cañoneras españolas.

En la desastrosa salida los aliados sufren unas 480 bajas, de ellas unas 230 españolas. Muchos de sus oficiales son capturados, entre ellos O´Hara, que será relevado por Dundas. Los franceses tuvieron unas 200 bajas.

Este ataque será la última operación coordinada que realicen los Aliados en Toulon; a partir de ahora sus relaciones se deteriorarán sin actuar conjuntamente para mejorar su situación. El despliegue artillero emplazado por Napoleón con sacrificios y errores se revelará devastador.

28 a 30 noviembre 1793: Batalla de Kaiserslautern

 7 diciembre 1793: Batalla de Montesquiou

14 diciembre 1793: Toma de Banyuls.

15 diciembre 1793: Ofensiva de Pichegru y Hoche en el bajo Rin; los aliados se repliegan.

19 diciembre 1793:

Fin del Sitio de Toulon.

El pasado 28 de agosto el importante puerto francés de Toulon, su flota y alrededores están ocupados por tropas de la Coalición de reinos europeos contra la Revolución Francesa, tras rebelarse una parte de su población contra los revolucionarios republicanos en el poder, declarándose partidarios de la restauración de la monarquía para obtener la ayuda aliada.

El 7 de septiembre, el general republicano Carteux sitió la plaza, y desde el 16 de este mes Napoleón es su comandante de artillería, encargado de emplazar todos los cañones de su ejército. Los revolucionarios fracasaron en dos intentos de tomar posiciones estratégicas por su escasa masa de maniobra. Desde entonces se limitan a mantener el cerco, construyendo baterías para dañar las fortificaciones mientras esperan refuerzos para un asalto definitivo.

A principios de diciembre el general Dugommier tiene bajo sus mando unos 30.000 soldados, aunque un 33% no están en condiciones de luchar, pero los demás tienen una moral creciente por observar a diario el declive del enemigo y aguardar aún más refuerzos para un asalto final que ya se está preparando. Desde Lyon llegarán en breve unos 8.000 soldados más.

Por entonces los Aliados tienen 17.600 soldados en Toulon; de ellos 7.000 son españoles, 6.500 son napolitanos y sardos pagados por Inglaterra, 2.600 ingleses y 1.500 franceses rebeldes; pero el 60% del total están enfermos o heridos, siendo incapaces de luchar. La comida es lamentable y su lenta distribución hace pasar hambre a algunas guarniciones, por estas fechas comienza a hacer frío y muchas unidades no han recibido prendas de abrigo.

Las relaciones entre los contingentes hispanos e ingleses son malas, caracterizándose por  escasa comunicación, nula coordinación táctica, la habitual desconfianza mutua y la invariable disparidad de intereses y criterios. Cada contingente se encierra en sus fortificaciones o convive aislado del otro si se ve obligado a compartir la defensa de un fuerte; los oficiales colaboran en casos de peligro extremo solo cuando este pueda afectar a sus compatriotas.

En cuanto a la marina aliada, 20 barcos son españoles, 12 napolitanos y 1 es sardo; 6 navíos son ingleses, pero apenas actúan; todas las naves se apartan ya de las orilla occidental del puerto y el estrecho, por temor a ser alcanzados por alguna de las baterías napoleónicas. Las pequeñas embarcaciones republicanas abastecen a sus tropas sin que los grandes buques aliados puedan impedírselo, aunque su presencia evita que este tráfico aumente de calado.

A mediados de diciembre, el gobierno inglés desvela sus planes iniciales respecto a su intervención en Toulon en dos misivas que envía al vicealmirante Hood: en una se exige a los franceses que costeen la movilización inglesa en su defensa con los barcos apresados en su puerto que puedan navegar, o serán quemados; en la otra carta se ordena la evacuación inmediata de la guarnición británica, destruyendo todas las fortificaciones y el mismo puerto.

Cuando la misiva inglesa es leída al comité de los ciudadanos monárquicos, estos se indignan sobremanera. Los ingleses y españoles se enzarzan en vergonzosas discusiones públicas sobre quién se adueñará de los barcos apresados. Los habitantes de Toulon, ya descontentos por el desinterés de los coaligados hacia sus necesidades, pasan a despreciarles abiertamente, lamentándose en privado de su traición a la Republica.

Desde el 13 de diciembre, Napoleón concentra el fuego de sus baterías sobre los fuertes de Mulgrave y Belaguier para debilitarlos ante el inminente ataque republicano. Tres días después el bombardeo se intensifica y el general Gravina ordena que se envíen al sector todos los refuerzos posibles, respondiendo a su llamada sólo unos 100 napolitanos y 150 infantes de marina españoles enviados por Lángara desde sus barcos.

El 17 de diciembre, el general Dugommier ordena el asalto final al reducto de Mulgrave, objetivo del ataque principal francés debido a que protege las tierras altas que dominan el litoral del estrecho de acceso al puerto de Toulon, por lo que su conquista supondría cortar la ruta de suministros aliada. En total unos 13.500 infantes y jinetes franceses tomarán parte en la operación, contra los 7.000 coaligados que aún tienen fuerzas para defenderse.

Dugommier despliega 6.000 soldados en el pueblo de La Seyne, a 1,5 km al oeste del fuerte, repartidos en tres columnas al mando de sus mejores oficiales: Victor, Brule y Delaborde, además de un reserva de 1.000 soldados y artilleros al mando de Bonaparte, cuyas baterías alrededor de la plaza suman un total de 53 cañones y morteros.

El general Garnier con, 2.000 soldados apoyados por tres baterías, se sitúa ante el fuerte Malbousquet, al norte del ataque principal, para contener un posible contraataque aliado. El general Lapoype despliega su división de 4.500 soldados al norte del Mont Faron y al este de Toulon en tres columnas de media-brigada, una de ellas al mando de Massena.

El 18 de diciembre a las 02:00 horas de la madrugada se inicia el ataque francés en medio de una tormenta que trae una intensa lluvia y levanta la fría neblina típica de la región. Los franceses imponen su superioridad arrollando los primeros puestos anglo-españoles con cargas a la bayoneta, pero pronto la columna de Brule se desorganiza por la falta de luz.

El camino al fuerte Mulgrave está guardado por el reducto de San Luís, defendido por 430 españoles y 4 cañones al mando del coronel Ariza, quienes rechazan en plena oscuridad tres asaltos consecutivos de la columna de Victor hasta que le hieren gravemente, tras lo cual los franceses se desorganizan, perdiendo su iniciativa. Los españoles sufren más de 140 bajas, entre ellas su oficial, que ordena replegarse ante la imposibilidad de mantener el puesto.

Hacia las 03:45 horas, Napoleón conduce su reserva al frente, y animando jubiloso a sus tropas, consigue reanudar la ofensiva justo en el momento en que los españoles abandonan su posición. Los hispanos, cogidos por sorpresa en campo abierto, de noche y por una fuerza muy superior, son masacrados, dejando expedito el camino al fuerte Mulgrave, aunque otros dos reductos cercanos guarnecidos por españoles continuarán resistiendo.

Con las columnas de Brule y Victor desorganizadas, Dugommier cede a Bonaparte el mando de los Cazadores y Granaderos que habrán de protagonizar el asalto final. Mientras, en el sector del Mont Faron,  las tropas del general Lapoype habían arrollado a los aliados de Croix Faron y se hallaban atacando el fuerte Faron.

A las 04:00 horas, Napoleón guía a sus tropas de élite hasta la entrada al fuerte Mulgrave, defendido por sólo 500 anglo-sardos con escasa artillería, por lo que apenas pueden ofrecer resistencia. Los franceses trepan vociferantes por las rampas de tierra, saltan las barricadas y atacan a la bayoneta calada a los defensores. Bonaparte es herido en una pierna por un filo, al igual que su segundo oficial, y Dugommier anima a los revolucionarios a entrar.

El capitán inglés Connolly envía a un mensajero al fuerte de L'Eguillete implorando refuerzos. Agrupa unos 80 Marines que realizan dos descargas cerradas contra los Cazadores franceses que han entrado en el fuerte, alcanzándoles a todos; el propio Dugommier cae herido. Los Granaderos que llegan a continuación se les echan encima, abatiéndoles con furia, y el resto de defensores huyen saltando por los terraplenes meridionales.

El brigadier Cervoni, único oficial francés ileso, ondea una bandera republicana desde el parapeto señalando que el fuerte ha caído, cumpliendo así el objetivo del ataque aliado. Los Representantes Salicetti y Fréron se acercan a felicitar a Dugommier, cesando la ofensiva. Durante el asalto los franceses han sufrido unas 280 bajas y los ingleses unas 240 bajas.

Hacia las 05:00 horas, 400 napolitanos avanzan para reforzar a los españoles que guarnecían los reductos restantes y cerrar el paso al fuerte Belaguier, más al este. Izquierdo, ya mariscal de campo y comandante del sector, comprende que la batalla se ha perdido tras la caída del fuerte Mulgrave, solicitando ser evacuado del sector. A las 10:30 horas el Buque "Commerce de Marseilles" y tres fragatas hispanas se acercan al fuerte Belaguier enviando sus lanchas.

A las 12:00 horas, Gravina, Lángara, Valdes, Hood, Dundas, Revel, Forterregui y Lord Elliot, ministro británico, se reúnen en un tenso Consejo de Guerra en Toulon.

Con los republicanos en el estrecho del puerto, asumen que su línea marítima de retirada será cortada en cuestión de horas, ordenando una evacuación escalonada. Primero embarcarán los inválidos, después las guarniciones de las fortificaciones exteriores; los barcos de los arsenales serán destruidos y por último las tropas abandonarán los bastiones de la ciudad replegándose a las playas del fuerte de LaMalgue, donde se realizarán los transbordos.

Los soldados en retirada forman tumultos en las abigarradas calles y muelles de Toulon, tratando de abrirse paso entre la histérica rabia de los civiles, que también quieren huir de los republicanos. En el puerto, las cubiertas de los barcos bullen con la frenética actividad de los marinos, mientras van y vienen barcazas cargadas de soldados heridos o enfermos.

La situación es advertida por los franceses, ordenando Bonaparte acelerar el transporte de 10 cañones al cabo de L'Eguillette; a media tarde comienzan a disparar contra la flota aliada que navega a mar abierto. Las tropas francesas de Garnier avanzan al fuerte Malbousquet, retirándose los napolitanos del reducto exterior y después los españoles que lo guarnecían, exponiendo los baluartes de la ciudad a un bombardero o un asalto directo.

Lángara y Hood se conmueven de la desgracia de los civiles, permitiéndoles subir a sus barcos, rescatando de un destino sombrío a unas 7.500 personas; los miembros del comité fueron los primeros en ser acogidos. Desde las 19:00 horas los infantes aliados comienzan a abandonar sus posiciones exteriores, la mayoría en buen orden, hacia Toulon o LaMalgue.

Hacia las 21:00 horas, cuando los republicanos ya están hostigando los baluartes y accesos occidentales a Toulon, se ordena el repliegue de los soldados que en ella se concentran hacia el fuerte LaMalgue, al sureste, donde serán evacuados, y se procede a inutilizar todo el material de guerra que pueda servir a los republicanos, como el clavado de cañones y la voladura de barcos; algunos ciudadanos tratan de impedirlo disparando contra los aliados.

A las 22:00 horas los aliados detonan los barriletes de pólvora repartidos con improvisación entre los disputados barcos franceses de los arsenales, brotando grandes llamaradas que iluminan de forma tenebrosa las dramáticas escenas de caos portuario, destruyendo así 9 Buques de Línea, 3 fragatas, 2 corbetas y dos almacenes de bastimentos.

Gravina, herido grave en una pierna que debía ser transportado en palanquín, es evacuado a las 23:00 horas, quedando a cargo de la evacuación el mariscal Izquierdo. El regimiento hispano-irlandés de Hibernia se queda en los puestos de retaguardia cubriendo la retirada de las demás unidades hacia LaMalgue. Por entonces la artillería republicana ya bombardea las puertas de Toulon, tanto para asaltarla como para hostigar la evacuación aliada.

Por la noche, la retirada inglesa en Toulon se convierte en desbandada. No hay más puntos de evacuación ni oficiales organizando trasbordos. Los infantes abandonan sus puestos en muros y puertas, para dirigirse a los muelles con la esperanza de embarcar de cualquier forma o de nadar hasta un barco huyendo de la muerte o la prisión. La jerarquía militar desaparece, imponiéndose la supervivencia individual, muchos se entregan a violaciones y saqueos.

Al alba del día siguiente casi todos los soldados extranjeros se han ido, abandonando a su suerte a los tristes habitantes de Toulon, entre un laberinto de cuerpos, cajones, ropajes, carruajes, armas y enseres de toda índole imaginable. Los últimos combatientes en marcharse pertenecen al batallón de rebeldes monárquicos de la ciudad, que desde el fuerte LaMalgue embarcan en naves españolas.

Hoy a las 09:00 horas de la mañana las tropas revolucionarias entran en Toulon. En el puerto encuentran intactos 14 Buques de Línea, 1 fragata y 2 corbetas; unos 1.000 napolitanos y sardos que no pudieron huir son hechos prisioneros. Semanas después aún llegaban al puerto barcos aliados transportando unos pocos refuerzos o suministros, ignorando que la plaza había sido recuperada por la República Francesa; uno de ellos será apresado.

La Convención decreta que todos los ciudadanos de Toulon que hayan colaborado con el enemigo sean condenados a muerte. En la represión republicana morirán cientos de personas, incluyendo mujeres y niños; son los perdedores del sitio, culpables de haber confiado en unas potencias cuyas vidas no les importaban. La población se redujo un 60%. Los que tuvieron la fortuna de ser rescatados serán desembarcados en la isla de Elba, en Córcega o la Toscana.

Durante el sitio de Toulon los Aliados sufrieron unas 2.100 bajas en combate, de ellos unos 1.200 españoles, 700 británicos, 200 napolitanos y sardos. Los franceses republicanos tuvieron 1.700 bajas; a estas cifras habría que añadir un 25 % de bajas por enfermedades. Los coaligados se llevaron como botín 4 Buques de Línea, 7 fragatas y 5 corbetas; excepto tres naves, todas fueron apresadas por británicos.

Para Francia, el sitio de Toulon ha sido una tragedia en la que ha perdido la mitad de su flota mediterránea, que tardará un lustro en reconstruir. Inglaterra, la más beneficiada, ha cumplido su objetivo estratégico con pocas pérdidas, apropiándose además de varios barcos. España, que sale perjudicada, ha invertido recursos en una campaña de la cual sólo conseguirá retener el Rosellón unos meses más.

Napoleón será ascendido a General de Brigada por su actuación en el sitio de Toulon, en el que sus baterías tuvieron escasa repercusión antes del final; en su informe les atribuirá falsamente el hundimiento de un barco para disimularlo. Pero gracias a su laboriosidad, carácter y heroísmo se gana la admiración de quienes le conocen y la amistad del diputado Barrás, muy útil en el futuro. Este asedio es el inicio de su fulgurante carrera militar.

22 diciembre 1793: Batalla de Froschwiller.
 
22 diciembre 1793: Napoleón es ascendido a General de Brigada.
 
26 diciembre 1793: Batalla de Geisberg, victoria de Hoche. Los austriacos se retiran del Rin.
 
26 diciembre 1793: Napoleón es nombrado Inspector General de Artillería de la Provenza.
 
27 diciembre 1793: Hoche entra en Winssembourg y Desaix ocupa Lauterbourg, en el bajo Rin.
 
31 diciembre 1793: Ejecución del general Birón en París, por ser monárquico.

u Volver a Portada de Guerras Napoleónicas


Aquí finaliza esta cronología. 

u Volver a Portada de Guerras Napoleónicas

Si eres miembro De Re Militari, También puedes consultar otros Servicios en Línea.